domingo, 4 de abril de 2010

¡Independencia!


LAS LÍNEAS DE CHÁVEZ

I

Cuando se publique esta nueva entrega de Las líneas de Chávez, estaremos celebrando el Domingo de Resurrección. Como en otras ocasiones lo he dicho, el Cristo liberador completa su ciclo y marca la historia de la humanidad para siempre.

Este abril de independencia, este abril bicentenario, nos pinta la resurrección del Cristo-Pueblo que marca la nueva historia patria.

II
Abril de independencia, abril de rebeldía popular: “Dios santo qué bello abril, qué bello abril, qué bello abril. / Abril otra vez para que no tengamos soledad / para que no tengamos nunca más soledad”, como dice una bella canción de Fito Páez.

Abril de huracán revolucionario hecho pueblo, para romper en tiempo record una tiranía que quiso retornar para instalarse de nuevo sobre la Patria sufriente, poniendo en fuga a quienes seguían el dictamen de sus amos del Norte.

“Ya no nos van a espantar imperios tan hostiles

Que habremos de levantar verdades o fusiles

Ya dejando atrás los tiempos de ingenuos e infantiles

Que nunca habrán de faltar febreros ni más abriles”.

Recordando junto contigo, querida lectora, querido lector, esta hermosa estrofa de la canción Febreros y abriles del gran cantor bolivariano y revolucionario Amílcar Briceño, quiero decirles a todos aquellos que siguen jugando al golpe de Estado, obedeciendo los mandatos del imperio; a quienes siguen jugando a colmar la paciencia de un pueblo noble pero que también es un pueblo bravo, que nunca habrán de faltar febreros y abriles si se atreven: el nuestro es un pueblo heroico. Y como bien decía nuestro Libertador allá por el año 1819: “Esta Patria es caribe y no boba”.

III
Pocos días faltan ya para la celebración del Bicentenario del 19 de Abril de 1810. Un día que tiene que ser de fiesta nacional y popular, pero que también debe convertirse en el punto de partida de un gran ejercicio de reflexión colectiva y permanente, durante toda esta Era Bicentenaria que culminará el 17 de diciembre de 2030.

Así como aquel 19 de Abril de 1810 “todo el pueblo venezolano —sin distinción de clases ni de fortuna— fue llamado a deliberar sobre los asuntos públicos”, como bien nos lo recuerda Augusto Mijares, citando las vibrantes palabras del prócer Antonio Muñoz Tébar en el primer aniversario de tan magna fecha, a partir de este 19 de Abril todos los venezolanos y venezolanas deben ser convocados no sólo a deliberar, sino también a anticipar el carácter de transformación social profunda y radical que debe tomar, en lo sucesivo, nuestro actual proceso revolucionario en el avance hacia nuestra independencia definitiva, a través de la vía venezolana al socialismo.

Más allá de cortar las ataduras con las que nos doblegaron ante el imperio yanqui, cosa en la que no hemos desmayado en estos once años de Revolución, de lo que se trata, una vez más, es de la plena realización de nuestro ideario político emancipador, para cambiar radicalmente, desde ahora y para siempre, toda la nefasta organización económica y social en la que se ha apoyado el largo y aún existente régimen colonial que ha padecido Venezuela.

“¡Conciudadanos! Me ruborizo al decirlo: la independencia es el único bien que hemos adquirido a costa de los demás. Pero ella nos abre la puerta para reconquistarlos bajo vuestros soberanos auspicios, con todo el esplendor de la gloria y de la libertad”, decía nuestro Libertador Simón Bolívar por allá en 1830. Sea entonces oportuna la ocasión para congratularnos porque, no sólo nos hemos reapropiado de las bridas del potro de nuestra liberación e independencia, sino que, hoy más que nunca, hemos reabierto la puerta y estamos reconquistando todos los demás bienes, con todo el esplendor de la gloria y la libertad que se merece nuestro pueblo.


IV
Tal y como lo dije este Jueves Santo, quiero reiterarlo, recordando aquella memorable novela de Nicolai Ostrovski que se titula Así se forjó el acero: estamos forjando, como en acero, un mundo nuevo, un mundo pluripolar. Rusia juega un papel clave en Eurasia y en el mundo entero, y lo está haciendo con una inmensa dignidad. Nosotros, en una escala menor, hacemos lo propio aquí en Nuestra América. Cada quien con su perfil, su proyecto nacional y en su ámbito geoestratégico, pero no para encerrarse en sus propias fronteras, sino para participar activamente en la construcción de un nuevo sistema mundo. Por eso mismo, la visita del primer ministro de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, a Venezuela, reafirma nuestra Alianza Estratégica.

Fue una intensa agenda la que cumplimos con Putin: comenzó la misma apenas el Primer Ministro bajó del avión, con una visita al legendario Buque Escuela Kruzenshtern, insignia de la marina mercante rusa.
Firmamos 31 documentos, entre acuerdos y convenios, tras una intensa jornada de trabajo en el Palacio de Miraflores, abarcando diversos ámbitos: el tema militar; el de la energía petrolera, gasífera y nuclear; el tema del espacio ultraterrestre; el de la educación e investigación; el tema de la agroindustria y el del comercio; el de la infraestructura y el del trasporte terrestre y aéreo, y el tema cultural. Como se puede ver, se trata de una Nueva Ecuación que cada vez crece más y más a través de un conjunto de factores de alto nivel: unos en plena ejecución ya, y otros que se van agregando, como el factor nuclear.

Quiero destacar que firmamos una trascendente declaración política, centrada en nuestra memoria histórica: con el más hondo reconocimiento al valor supremo de los 200 años del inicio de la batalla por nuestra Independencia definitiva; y rindiéndole tributo al 65° aniversario, no sólo del fin de la II Guerra Mundial, sino, en esencia, de la gran victoria del pueblo soviético y del Ejército Rojo ante el fascismo, tras la Gran Guerra Patria que millones de hombres y mujeres protagonizaron heroicamente.

No quiero dejar de mencionar que el Palacio de Miraflores sirvió de escenario para el encuentro entre el primer ministro Putin y nuestro entrañable hermano Evo Morales. Rusia y Bolivia se dieron cita en Venezuela: he allí un signo luminoso de cómo el escenario internacional está cambiando radicalmente.

Rusia y Venezuela se han encontrado en la construcción de un mundo pluripolar para alcanzar el equilibrio del Universo que pregonara Bolívar. Este es nuestro camino y nadie nos apartará de tal propósito.

V
Quiero hacer mención especial a un tema de gran significación nacional y que, debido a la llegada de la Semana Mayor, pudo pasar desapercibido, en cierta medida, por muchos compatriotas que tal vez ya estaban disfrutando del largo feriado. Me refiero al gran logro alcanzado por Venezuela en los IX Juegos Suramericanos Medellín 2010: 89 medallas de oro, 77 de plata y 97 de bronce para totalizar 263 preseas, ubicándonos sólidamente en el tercer lugar del medallero. Esta es una nueva confirmación de que, hoy por hoy, nos estamos convirtiendo en una potencia deportiva gracias a la Generación de Oro: a su darse por entero, en cada disciplina, demostrando el más genuino compromiso con la Patria.

Ciertamente, quedamos unas cuantas medallas por debajo de nuestra histórica actuación en la edición anterior de los Suramericanos. Varios fueron los factores que conspiraron para impedir que nuestra cosecha fuera mayor. Sólo voy a mencionar dos: un arbitraje que, en muchas ocasiones, fue injusto e, igualmente, ciertos cambios a última hora en los reglamentos que rigen algunas disciplinas, promovidos por las autoridades de Odesur. Pero, a pesar de todo, más pudo el coraje y vergüenza patria de nuestros muchachos y muchachas que jamás se amilanaron.

Lo digo y lo afirmo a través del ejemplo que encarna la Generación de Oro: estamos ante una resurrección colectiva. ¡Venezuela ha resucitado definitivamente! Somos un pueblo que ha decidido levantarse y hacerse respetar en cualquier escenario.

¡¡ Es la Venezuela Socialista!!

¡Venceremos!

jueves, 1 de abril de 2010

¡La ecuación del intercambio perfecto!


I
En los últimos cinco años, Bielorrusia y Venezuela le han dado vida a lo que he definido como la ecuación del intercambio perfecto. Intercambio perfecto que no ha hecho sino consolidarse y profundizarse en esta semana con la visita del presidente Lukashenko a Venezuela: lo recibimos el pasado lunes 15 con la alegría de reencontrar a un camarada con el que compartimos la primera línea de batalla por la dignidad de los pueblos.
Hemos ratificado nuestra voluntad de apoyar a Bielorrusia en materia energética: acordamos y firmamos un convenio de suministro petrolero a través del cual le estaremos entregando a Bielorrusia, a partir de mayo, 80 mil barriles diarios. Quiero resaltar que, por primera vez, este país recibe crudo venezolano. Los acuerdos que hemos alcanzado con Bielorrusia incluyen, también, la exploración y producción de gas en tres campos de Venezuela.
Como parte de la ecuación del intercambio perfecto, el presidente Lukashenko, con su proverbial generosidad, vino a ratificar y ampliar los convenios de cooperación científico-tecnológica. Bielorrusia nos garantiza la transferencia de tecnología. Ello es decisivo para alcanzar la industrialización del país y para consolidar la diversificación de nuestra economía.
Estamos resueltos a seguir fortaleciendo la alianza estratégica entre Bielorrusia y Venezuela. Una alianza estratégica que se fundamenta en la cooperación política y, más aún, geopolítica.
Quiero citar unas palabras del presidente Lukashenko porque encarnan el espíritu de fraternidad que nos une: “Nuestros planes son muy serios. Nosotros llegamos no para obtener alguna ventaja utilizando las posibilidades de Venezuela. El propósito general es que Venezuela tenga todo lo que tiene el pueblo y el Estado bielorruso, y nosotros estamos dispuestos a transferir todo lo que tenemos, a suministrar todo lo que tenemos para el bienestar del pueblo venezolano y el pueblo bielorruso”. Es otro concepto el que hoy define las relaciones entre nuestros pueblos. Uno radicalmente diferente a aquel concepto de subordinación y dependencia que caracterizaba a la Venezuela de hace once años, encadenada como estaba a los dictámenes del Norte.
En concreto, fueron 22 los acuerdos firmados el miércoles 17 de marzo. La ecuación del intercambio perfecto sigue, valga la redundancia, perfeccionándose: Bielorrusia y Venezuela están dando un vivo y elocuente ejemplo al mundo de cómo pueden unirse, en realidad y en verdad, dos pueblos, a pesar de la distancia geográfica.
II
El martes, en el sector Guasimal de Maracay, el presidente Lukashenko y este servidor colocamos la piedra fundacional de una gran ciudad socialista: son 5 mil viviendas que van a beneficiar a los sectores tradicionalmente más desasistidos.
Hemos jurado saldar la criminal deuda que en materia de viviendas heredamos, y vaya que vamos con buen pulso, pero necesitamos acelerar aún más. Por tal razón, hemos firmado el proyecto y la puesta en ejecución de una gran ciudad agrícola-agroindustrial en el estado Guárico, y otra gran ciudad al norte del río Santo Domingo, en el estado Barinas.
III
El jueves 18 desde San Francisco, estado Zulia, lanzamos el plan de expansión de la Misión Mercal.
Mientras la contrarrevolución dice que las misiones fracasaron, la verdad es que las misiones siguen apretando el paso: Mercal se expande en el 2010 en función del bienestar de nuestro pueblo.
Hemos decidido pasar de 100 mil toneladas de alimentos mensuales a 110 mil toneladas: un crecimiento del 10 por ciento. El plan de expansión exige la construcción y el acondicionamiento de 1.221 nuevos establecimientos Mercal, de los cuales inauguramos 94 ese mismo día. Vamos a paso de vencedores y no desmayaremos en este esfuerzo, como no desmayaremos en ir más allá de las simples formas y conceptos.
Lo he dicho y quiero reiterarlo: debemos superar la concepción del mercado, la conversión de todo en mercancía. Por supuesto que no tenemos la fórmula mágica, como nadie la tiene, del socialismo.
Hemos comenzado por crear un sistema socialista de producción, distribución y consumo, orientado a satisfacer las necesidades fundamentales de nutrición de nuestro pueblo.
Seamos radicales, entonces, y vayamos a la raíz: el mercado no debe seguir decidiendo qué debemos comer y qué no, cómo debemos comerlo y cómo no. De allí que a todo lo dicho este jueves, quiero hacerle un añadido: el diseño de nuestra política alimentaria pasa, necesariamente, por el respeto y la recuperación de nuestra cultura gastronómica, de nuestras tradiciones culinarias.
IV
19 de marzo, día de San José carpintero, padre de Cristo y patrón de mi Elorza. No podía ser más propicio el día para inaugurar los XXIX Juegos Interinstitutos Militares.
Mucha alegría y mucha fogosidad de parte de nuestros cadetes y cadetas, caracterizaron el magno evento deportivo de nuestras almas máter militares. El espíritu fraterno que se hace presente en estos XXIX Juegos Interinstitutos Militares, que se encarna en ellos, es viva demostración de que hay una sola Fuerza Armada Bolivariana. Una sola Fuerza Armada cada vez más unida, en perfecta unidad, como corresponde a una institución revolucionaria; que se revoluciona permanentemente por dentro. Una Fuerza Armada en perfecta unidad con el pueblo y que ha logrado romper con la estéril división artificial que la encerró dentro de sí misma. Hoy somos más que nunca soldados del pueblo; somos el pueblo de uniforme, el pueblo en armas, marchando, a paso de vencedores, hacia el socialismo.
Cuando estos juegos se inauguraban, en la hermosa Medellín se corría el telón para dar paso a los IX Juegos Deportivos Suramericanos Medellín 2010. En las horas previas ya nuestra selección había logrado su primera cosecha de medallas: dos de plata y dos de bronce. Está quedando más que demostrado que la Revolución Bolivariana ha convertido al deporte en plena encarnación de lo afirmativo venezolano.
V
En estos últimos días se ha acrecentado la campaña sucia de muchos medios de comunicación sobre un colapso energético unido a la escasez de agua. Se trata, por supuesto, de una campaña con un sólo objetivo: declarar culpable a Hugo Chávez de todo, hasta de la sequía.
Ya quisiera yo, en verdad, tener los poderes que la oposición me endilga para poder revertir esta situación que no sólo castiga a Venezuela, sino al mundo entero como consecuencia de la voracidad destructiva del sistema capitalista. Pero esfuerzos por demás prodigiosos no hemos dejado de realizar, y las pruebas de ello son más que contundentes: el Plan de Ahorro Energético impulsado por el Gobierno Bolivariano ha sido efectivo para afrontar y solventar la emergencia eléctrica en el país. Si combinamos este factor con el incremento de la generación y de la transmisión, mayor eficiencia del servicio y en el uso de la electricidad, vamos a tener resultados muy positivos para el desarrollo del país y para el mejoramiento de la calidad de vida de los venezolanos. Y esto es, precisamente, lo que ya estamos logrando.
La relación entre la generación termoeléctrica y la hidroeléctrica comienza a diferenciarse en búsqueda del aspirado equilibrio entre la una y la otra. El incremento de termogeneración para este año estaba originalmente en 4.000 MW. Si se toma en cuenta que, tanto Pdvsa como la CVG han hecho un programa propio para desarrollar la autogeneración, junto con el esfuerzo de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), para el cierre del 2010 estimamos estará muy cerca de los 6 mil MW, principalmente de generación térmica.
Somos el pueblo de las dificultades, lo reitero, y está quedando demostrado una vez más. Sin la conciencia firme y clara que han demostrado tener las grandes mayorías, cualquier esfuerzo nuestro habría sido nulo.

¡Seguimos venciendo!

¡Seguiremos venciendo!

¡Patria socialista o muerte!

Lenin sobre la Cuestión de la Mujer

Los siguientes pasajes son del libro Recuerdos sobre Lenin de Clara Zetkin, una entrevista que ella le hizo en Moscú en el otoño de 1920. Reimpreso de Lenin, La emancipación de la mujer, Editorial Progreso, Moscú, 1971.


“Por eso es totalmente justo que presentemos reivindicaciones en favor de la mujer. Esto no es un programa mínimo, no es un programa de reformas en el espíritu socialdemócrata, en el espíritu de la II Internacional. Esto no es el reconocimiento de que creamos en la eternidad o al menos en una existencia prolongada de la burguesía y de su Estado. Tampoco es un intento de apaciguar a las masas femeninas con reformas y desviarlas de la lucha revolucionaria. Esto no tiene nada de común con las supercherías reformistas. Nuestras reivindicaciones se desprenden prácticamente de la tremenda miseria y de las vergonzosas humillaciones que sufre la mujer, débil y desamparada bajo el régimen burgués. Con esto testimoniamos que conocemos estas necesidades, que comprendemos igualmente la opresión de la mujer, que comprendemos la situación privilegiada del hombre y odiamos —sí, odiamos— y queremos eliminar todo lo que oprime y atormenta a la obrera, a la esposa del obrero, a la campesina, a la esposa del hombre sencillo e incluso, en muchos aspectos, a la mujer de la clase acomodada. Los derechos y las medidas sociales que exigimos de la sociedad burguesa para la mujer, son una prueba de que comprendemos la situación y los intereses de la mujer y de que bajo la dictadura proletaria las tendremos en cuenta. Naturalmente, no con adormecedoras medidas de tutela; no, naturalmente que no, sino como revolucionarios que llaman a la mujer a trabajar en pie de igualdad por la transformación de la economía y de la superestructura ideológica”.

Aseguré a Lenin que compartía su punto de vista, pero que, indudablemente, este punto de vista encontraría resistencia. Mentes inseguras y medrosas lo rechazarían como “oportunismo peligroso”. Tampoco se debe negar que nuestras actuales reivindicaciones para la mujer pueden ser comprendidas e interpretadas equivocadamente.

“¡Qué le vamos a hacer!”, exclamó Lenin, algo irritado. “Este peligro se extiende a todo cuanto decimos y hacemos. Si por temor a él vamos a abstenernos de actos convenientes y necesarios, podemos convertirnos sencillamente en místicos contemplativos indios. ¡Nada de moverse, nada de moverse, no sea que caigamos desde la altura de nuestros principios! En nuestro caso no se trata sólo de lo que exijamos, sino de cómo hagamos esto. Yo creo que lo he subrayado con suficiente claridad. Como es lógico, en nuestra propaganda no debemos repasar en actitud orante las cuentas del rosario de nuestras reivindicaciones para la mujer. No, en dependencia de las condiciones existentes debemos luchar ora por unas reivindicaciones, ora por otras, luchar, naturalmente, siempre en relación con los intereses generales del proletariado.

“Como es lógico, cada combate nos pone en contradicción con la honorable camarilla burguesa y sus no menos honorables lacayos reformistas. Ello obliga a estos últimos bien a luchar a nuestro lado, bajo nuestra dirección —cosa que ellos no quieren—, bien a quitarse la máscara. Por tanto, la lucha hace que nos destaquemos con relieve, pone de manifiesto nuestro perfil comunista. La lucha nos granjea la confianza de las amplias masas femeninas, que se sienten explotadas, esclavizadas, agobiadas por el dominio del hombre, por el poder de los patrones y por toda la sociedad burguesa en su conjunto. Las trabajadoras, traicionadas y abandonadas por todos, comienzan a comprender que deben luchar junto con nosotros. ¿Debemos aún persuadirnos unos a otros de que la lucha por los derechos de la mujer tiene que estar vinculada con el objetivo fundamental: con la conquista del Poder y la instauración de la dictadura del proletariado? Esto es para nosotros en los momentos actuales y seguirá siendo la esencia. Esto es claro, completamente claro. Pero las amplias masas femeninas trabajadoras y populares no sentirán el anhelo irresistible de compartir con nosotros la lucha por el Poder del Estado si siempre trompeteamos exigiendo esta sola reivindicación, aunque sea con las trompetas de Jericó. ¡No, no! También en la conciencia de las masas femeninas debemos vincular políticamente nuestro llamamiento con los sufrimientos, las necesidades y los deseos de las trabajadoras. Estas deben saber que la dictadura proletaria significa para ellas la plena igualdad de derechos con el hombre tanto ante la ley como en la práctica, en la familia, en el Estado y en la sociedad, así como también el derrocamiento del poder de la burguesía”.

“¡La Rusia Soviética está demostrando esto”, exclamé, “y nos servirá de gran ejemplo!”

Lenin prosiguió:
“La Rusia Soviética plantea nuestras reivindicaciones para la mujer bajo un aspecto nuevo. En la dictadura del proletariado esas reivindicaciones ya no son objeto de lucha entre el proletariado y la burguesía, sino que son ladrillos para la edificación de la sociedad comunista. Esto muestra a las mujeres de más allá de nuestras fronteras la importancia decisiva de la conquista del Poder por el proletariado. La diferencia entre su situación aquí y allí debe ser establecida con precisión, para que ustedes puedan contar con las masas femeninas en la lucha de clase revolucionaria del proletariado. Saber movilizarlas con una clara comprensión de los principios y sobre una firme base organizativa, es cuestión de la que dependen la vida y la victoria del Partido Comunista. Pero no debemos engañarnos. En nuestras secciones nacionales no existe todavía una comprensión cabal de este problema. Nuestras secciones nacionales mantienen una actitud pasiva y expectante ante la tarea de crear bajo la dirección comunista un movimiento de masas de las trabajadoras. No comprenden que desplegar ese movimiento de masas y dirigirlo constituye una parte muy importante de toda la actividad del Partido, incluso la mitad del trabajo general del Partido. El reconocimiento, a veces, de la necesidad y del valor de un potente movimiento femenino comunista, que tenga ante sí un objetivo claro, es un reconocimiento platónico de palabra, y no una preocupación y un deber constantes del Partido.

“Nuestras secciones nacionales conciben la labor de agitación y propaganda entre las masas femeninas, su despertar y su radicalización como algo secundario, como una tarea que afecta exclusivamente a las mujeres comunistas. Se reprocha a las comunistas que esta obra no avanza con la debida rapidez y energía. ¡Esto es injusto, totalmente injusto! Verdadero separatismo e igualdad de derechos de la mujer à la rebours, como dicen los franceses, es decir, igualdad de derechos de la mujer al revés. ¿En qué se basa esta posición errónea de nuestras secciones nacionales? (No hablo de la Rusia Soviética.) En definitiva, esto no es otra cosa que una subestimación de la mujer y de su trabajo. Eso es. Lamentablemente, de muchos de nuestros camaradas aún se puede decir: `Escarbad en un comunista y encontraréis a un filisteo'. Naturalmente, es preciso escarbar en el punto sensible: en su psicología con relación a la mujer. ¿Existe prueba más evidente que el hecho de que los hombres vean con calma cómo la mujer se desgasta en el trabajo doméstico, un trabajo menudo, monótono, agotador y que le absorbe el tiempo y las energías; cómo se estrechan sus horizontes, se nubla su inteligencia, se debilita el latir de su corazón y decae la voluntad? Naturalmente, no aludo a las damas burguesas, que encomiendan todos los quehaceres domésticos, incluido el cuidado de los niños, a personas asalariadas. Todo lo que digo se refiere a la inmensa mayoría de las mujeres, comprendidas las mujeres de los obreros, aunque se pasen todo el día en la fábrica y ganen su salario.

“Son muy pocos los maridos, hasta entre los proletarios, que piensen en lo mucho que podrían aliviar el peso y las preocupaciones de la mujer, e incluso suprimirlos por completo, si quisieran ayudar `a la mujer en su trabajo'. No lo hacen, por considerarlo reñido con `el derecho y la dignidad del marido'. Este exige descanso y confort. La vida casera de la mujer es un sacrificio diario en miles de detalles nimios. El viejo derecho del marido a la dominación continúa subsistiendo en forma encubierta. Su esclava se venga de él objetivamente por esta situación, también en forma velada.... Conozco la vida de los obreros, y no sólo a través de los libros. Nuestro trabajo comunista entre las masas femeninas, nuestra labor política comprende una parte considerable de trabajo educativo entre los hombres. Debemos extirpar hasta las últimas y más pequeñas raíces del viejo punto de vista propio de los tiempos de la esclavitud. Debemos hacerlo tanto en el Partido como en las masas. Esto afecta a nuestras tareas políticas, lo mismo que la imperiosa necesidad de formar un núcleo de camaradas —hombres y mujeres— que cuenten con una seria preparación teórica y práctica para realizar e impulsar la labor del Partido entre las trabajadoras”.

A mi pregunta sobre las condiciones existentes en la Rusia Soviética, Lenin contestó:

“El Gobierno de la dictadura del proletariado, en alianza, naturalmente, con el Partido Comunista y los sindicatos, hace todos los esfuerzos necesarios para superar las concepciones atrasadas de los hombres y las mujeres y acabar así como la base de la vieja psicología no comunista. Huelga decir que se ha efectuado la plena igualdad de derechos del hombre y la mujer en la legislación. En todas las esferas se observa un deseo sincero de llevar a la práctica esta igualdad. Estamos incorporando a las mujeres al trabajo en la economía soviética, en los organismos administrativos, en la legislación y en la labor del gobierno. Les estamos abriendo las puertas de todos los cursos y centros docentes para elevar su preparación profesional y social. Estamos creando diversos establecimientos públicos: cocinas y comedores, lavaderos y talleres de reparación, casas-cuna, jardines de niños, orfanatos y todo género de establecimientos educativos. En una palabra, estamos aplicando de verdad la reivindicación de nuestro programa de transmitir las funciones económicas y educativas de la vida doméstica individual a la sociedad. De este modo, la mujer es liberada de la vieja esclavitud doméstica y de toda dependencia del marido. Se le brinda la plena posibilidad de actuar en la sociedad de acuerdo con sus capacidades e inclinaciones. En cuanto a los niños, se les ofrecen condiciones más favorables para su desarrollo que las que pudieran tener en casa. En nuestro país existe la legislación más avanzada del mundo en lo que atañe a la protección del trabajo femenino. Delegados de los obreros organizados la llevan a la práctica. Estamos organizando casas de maternidad, casas para la madre y el niño, consultorios para las madres, organizamos cursos para aprender a cuidar a los niños de pecho y de corta edad, exposiciones sobre la protección de la maternidad y de la infancia, etc. Hacemos los mayores esfuerzos para satisfacer las necesidades de la mujeres cuya situación material no está asegurada y de las trabajadoras en paro forzoso.

“Sabemos muy bien que todo esto es todavía poco en comparación con las necesidades de las masas femeninas trabajadoras, que esto es aún completamente insuficiente para su efectiva emancipación. Pero esto representa un paso gigantesco hacia adelante con respecto a lo que existía en la Rusia zarista, capitalista. Esto es incluso mucho en comparación con lo que se hace allí donde el capitalismo ejerce aún su dominio absoluto. Este es un buen comienzo. El rumbo es acertado, y lo seguiremos de manera consecuente, con toda nuestra energía. Ustedes, en el extranjero, pueden estar seguros de ello. Cada día de existencia del Estado soviético nos hace ver con más claridad que no avanzaremos sin la participación de millones de mujeres. Figúrese lo que esto significa en un país donde el 80% de la población por lo menos, son campesinos. La pequeña hacienda campesina significa la economía doméstica individual y el sometimiento de la mujer a ella. En este sentido, la situación será para ustedes mucho mejor, las cosas les serán más fáciles que a nosotros, naturalmente, a condición de que vuestras masas proletarias tomen conciencia de su madurez histórica objetiva para la conquista del Poder, para la revolución. No desesperemos. Nuestras fuerzas crecen junto con las dificultades. La necesidad práctica hará que encontremos nuevos caminos en lo que se refiere a la emancipación de las masas femeninas. Unida al Estado soviético la solidaridad fraternal llevará a cabo grandes empresas. Naturalmente, la solidaridad fraternal en el sentido comunista, y no en el sentido burgués en que la predican los reformistas, cuyo entusiasmo revolucionario se ha evaporado como un vinagre barato. A la par de la solidaridad fraternal debe manifestarse la iniciativa personal, que se transforma en actividad colectiva y se funde con ella. Bajo la dictadura del proletariado, la emancipación de la mujer mediante la realización del comunismo tendrá lugar también en el campo. En este sentido, cifro todas mis esperanzas en la electrificación de nuestra industria y de nuestra agricultura. ¡Esta es una obra grandiosa! Las dificultades que ofrece son grandes, gigantescas. Para remontarlas es necesario desplegar y educar las poderosas fuerzas de las masas. Millones de mujeres deben participar en esto”.

Durante los diez minutos últimos llamaron dos veces a la puerta, pero Lenin continuó hablando. Al llegar aquí, abrió la puerta y dijo en voz alta:

“¡Ahora voy!”

...Lenin me ayudó a ponerme el abrigo:

“Debía usted abrigarse mejor”, me dijo preocupado. “Moscú no es Stuttgart. Hay que mirar por usted. No se enfríe. Hasta la vista”.

Me estrechó fuertemente la mano.

Semana Santa


Las Líneas de Chávez

Domingo de Ramos: inicio de la Semana Mayor para los que llevamos, en el alma y en el corazón, el compromiso del Cristo redentor, el Cristo libertario, el Cristo de los pobres.

Cuando aparezca esta nueva edición de Las Líneas de Chávez se cumplirá un nuevo aniversario de aquel día en que nuestro Señor hacía su última entrada en Jerusalén: iba montado sobre un burro y seguido por el pueblo que lo saludaba con palmas a su paso. El fermento mismo del amor iba a enfrentarse a los poderosos de la época.

¿Quiénes le abrían los brazos con alborozo? Los menesterosos de siempre: los que, tanto ayer como hoy, andan hambrientos y sedientos de justicia. ¿Quiénes no descansarían hasta verlo crucificado? Aquellos que, tanto ayer como hoy, jamás sacian su apetito de poder.

Sirva, pues, la remembranza de este domingo sagrado para reiterar que nuestra revolución tiene en el Cristo de los desposeídos el mayor de los guías en la lucha por la dignidad humana. Tras sus pasos vamos.

II

28 de marzo: Natalicio de nuestro Generalísimo y primer almirante Francisco de Miranda. Fue el 28 de marzo de 1750, aquí en Caracas.
Miranda no es sólo, como bien dice Mariano Picón Salas, “el primer criollo de dimensión histórica mundial”,sino que es también, en sentido nítidamente revolucionario, nuestro primer internacionalista. Basta con recordar que combatió por la independencia de los Estados Unidos y en defensa de la Revolución Francesa.

Este hombre, que anduvo por el mundo como por su casa, siempre tuvo plena conciencia de que todo lo que hacía estaba en función de un trascendente objetivo: la emancipación de Venezuela y de Nuestra América.

Miranda se adelanta a Bolívar: la Independencia era una causa continental, no podía concebirse aisladamente. Recordemos lo que nos dice José Gil Fortoul en su Historia constitucional de Venezuela: “Así la iniciativa de la unión latinoamericana que llegara al Congreso de Panamá pertenece históricamente a Miranda, y su propaganda y desarrollo a Bolívar”.

En este año Bicentenario se están cumpliendo también 200 años de la publicación de El Colombiano. Fiel a su prédica colombianista, Miranda se convierte en el editor de este periódico del que se publican cinco números, entre marzo y mayo de 1810, en Londres. Su propósito era informar a los habitantes del Nuevo Mundo sobre la situación de aquella España invadida militarmente por las tropas napoleónicas, y así lo expresaba Miranda en el primer número de El Colombiano: “…Todo esto nos ha impelido a comunicar a los habitantes del continente colombiano las noticias que creemos interesantes para poderlos guiar en tan intrincada complicación de objetos y para ponerlos en estado de juzgar con rectitud y obrar con acierto en una materia que tanto les interesa, pues debe ser el origen de su futura felicidad”.

Evidentemente, Miranda estaba avizorando el derrocamiento del orden colonial español y quería contribuir con la aceleración de ese proceso. Ejemplar es, entonces, el Generalísimo como gran comunicador, como formidable batallador en el terreno de las ideas. En este y en tantos sentidos, tenemos que ser rigurosamente fieles a su ejemplo.

III

El lunes pasado, ante una nueva tentativa de desestabilización, la conciencia y el compromiso de los transportistas vencieron el llamado a una guarimba del transporte público. Aunque los medios desplegaron titulares alarmantes, quedó demostrado, en la realidad, que la intentona que pretendía paralizar a Caracas sólo fue seguida por un grupúsculo de profesionales del volante ligado a lo más recalcitrante de la derecha venezolana.

Quiero manifestarles a los transportistas que nosotros siempre estaremos dispuestos a dignificar al sector, avanzando hacia la consolidación de un sistema de transporte de carácter socialista.

Mi reconocimiento a estos compatriotas por no dejarse manipular por las fuerzas oscuras de los que no descansan en mostrar su odio por el país.

IV

El miércoles 24 de marzo tomamos una decisión que responde a la difícil coyuntura energética por la que atraviesa el país: decretar feriados todos los días de la Semana Santa. Quiero reiterar lo que ya he dicho: no se trata de promover la flojera, sino de ahorrar energía.

Todas las instituciones públicas y privadas están en la obligación de acatar el decreto 7.338. Ciertamente, hay un conjunto de actividades que no pueden interrumpirse y, por supuesto, quedan excluidas de este decreto: quienes tengan necesariamente que laborar recibirán su pago normal.

Mal puede ser esta una medida improvisada, como se ha dicho irresponsablemente por allí. Por el contrario, es una medida rigurosamente pensada y establecida de acuerdo con el estado de emergencia eléctrica declarado el pasado 8 de febrero de 2010.


V

Extraordinaria y muy provechosa nuestra visita a Quito el viernes 26 de marzo: séptima reunión de trabajo entre el presidente Correa y este servidor.

En la mañana asistimos al lanzamiento de una nueva línea de lubricantes automotrices por parte de Petroecuador y Pdvsa: ello ha permitido que Petrocomercial, filial de Petroecuador, retome la venta de lubricantes en todo el territorio ecuatoriano. Es el nuevo paradigma de cooperación, coordinación y complementariedad que comienza a dar sus frutos. En este caso, se trata de un producto de óptima calidad que será vendido a bajo costo.

Luego de una larga jornada de trabajo, en horas de la noche, firmamos un total de 13 convenios para continuar tejiendo la red de un nuevo modelo de integración bilateral y, más aún, de unidad binacional. Un nuevo modelo con una pluralidad de ejes en clave de soberanía: soberanía productiva, energética, financiera y comercial; del conocimiento y de la seguridad y defensa.

Quiero parafrasear unas palabras del presidente Correa: las relaciones entre dos pueblos hermanos no se construyen y profundizan, como en el caso de Ecuador y Venezuela, con base en una lógica de mercaderes. No se fundamentan en un frío cálculo de pérdidas y ganancias. Se basan, primero que nada, en convicciones, valores y principios compartidos.

Y hunden sus raíces en lo más profundo de nuestra historia compartida. Para decirlo con Bolívar: “Nuestra América, así unida, será la madre de las repúblicas, la reina de las naciones”.

¡Patria socialista o muerte!

¡Venceremos!

domingo, 21 de febrero de 2010

¡Rumbo al Estado Comunal!


Las Líneas de Chávez 21 de febrero de 2010

I

“Zamora vive, la lucha sigue”, es la consigna que cobra vida en nuestro pueblo. No podía tener marco más propicio la promulgación de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno que el acto de develación de la estatua del General del Pueblo Soberano Ezequiel Zamora en el parque El Calvario de Caracas. Nos acompañaron en esta luminosa jornada representantes de consejos comunales de todo el país, junto al poder legislativo.

Se cumplieron 151 años del inicio de la Guerra Federal (1859-1863): fue un 20 de febrero de 1859 cuando Tirso Salaverría comandó la Toma de Coro para luego lanzar el Grito de Federación. Mayor homenaje, entonces, no podíamos brindarle a Zamora que entregando a nuestro pueblo una ley destinada a contribuir con su liberación definitiva.

II

“Yo antepongo siempre la comunidad a los individuos”, escribía nuestro Libertador Simón Bolívar el 28 de octubre de 1828 al general Antonio José de Sucre. He aquí el espíritu y nervio motor de nuestro actual Bolivarianismo: lo comunal, lo social ante todo y por sobre todas las cosas. Razón tenía Simón Rodríguez al decir en sus Sociedades Americanas de 1828: “Se verá que hay dos especies de política: popular y gubernativa: y que primero son políticos los pueblos que sus gobiernos”.

Hoy podemos decir que ya tenemos una sociedad altamente politizada, en el justo sentido y significado del término, y que nuestra Revolución Bolivariana es consecuencia directa de tal politización, cuyo punto de estallido fue el 27 de febrero de 1989, rebelión popular que el próximo sábado cumple su vigésimo primer aniversario. Recordemos aquello que decía el gran revolucionario venezolano Kléber Ramírez —Historia documental del 4 de febrero (1998)— allá por agosto de 1992 en el más puro espíritu robinsoniano: “…llegó la hora para que las comunidades asuman poderes de Estado, lo que conllevará administrativamente la transformación global del Estado venezolano y socialmente el ejercicio real de la soberanía por parte de la sociedad a través de los poderes comunales”.

Estas son las razones por las que este sábado 20 de febrero hemos promulgado y lanzado la nueva Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno. Con ella abrimos aún más las puertas para avanzar en la distribución del poder en las manos del pueblo, adquiriendo el Estado mayor eficiencia y eficacia y, por sobre todo, unidad para cumplir las funciones que le otorga la Constitución.

Una y otra vez lo he dicho: la realidad territorial venezolana debe ser transformada y, por eso, la necesidad de configurar una nueva geometría del poder que se convierta en el reordenamiento popular, comunal y socialista de la geopolítica de la Nación.

Por socialismo entendemos democracia sin fin, siguiendo en esto al gran teórico portugués Boaventura de Sousa Santos. De allí, entonces, nuestra firme convicción de que la mejor y la más radicalmente democrática de las opciones para derrotar el burocratismo y la corrupción es la construcción de un Estado comunal que sea capaz de ensayar un esquema institucional alternativo en la misma medida en que se reinventa permanentemente.

Con esta ley debemos comenzar —en serio y en real, como solía decir García Bacca— el desmontaje de todo el corroído andamiaje colonial sobre el cual se levanta una organización territorial con la que se pretendió hacer trizas la unidad nacional. Y por supuesto que el Poder Popular jugará un papel principal, esencial diría yo, en la transformación radical de nuestra geografía.

III

Desde la entrada en vigencia de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario en el 2001, la oligarquía latifundista puso en marcha una agenda violenta contra el rescate de las tierras comunes y el ejercicio pleno del derecho consagrado por la Ley de Tierras y por la misma Constitución. Ante la arremetida contra el pueblo campesino a través de una escalada de agresiones, sabotajes y ejecuciones sicariales por las fuerzas más retrógradas de nuestra sociedad, el deber indelegable del Estado nacional bolivariano y el Gobierno Revolucionario es proteger al campesinado: defenderlo con todos los medios a su alcance. La Milicia Campesina nace para cumplir con ese deber, colocando el énfasis en el protagonismo y la responsabilidad del campesinado como sujeto colectivo en función de su propia defensa.

Los primeros ejercicios de la Milicia Campesina, que realizamos en El Pao, estado Cojedes, el pasado viernes, son apenas una primera muestra del desarrollo de un cuerpo armado popular para salvaguardar nuestra integridad y nuestra soberanía en los campos de Venezuela. ¿Quién más que la comunidad conoce mejor que nadie las dinámicas, las actividades, las fallas y los aspectos esenciales en materia de seguridad en su localidad; lo mismo en materia geográfica, espiritual y material?

La Milicia Campesina, así como la Milicia Bolivariana como totalidad, no son fuerzas paramilitares, como los sesudos analistas de siempre quieren hacer ver, menos aún si concebimos semejante palabra dentro de la semántica reaccionaria colombiana. Por el contrario, la Milicia Bolivariana (cuerpo absolutamente regido por una Ley), al igual que los consejos comunales, son expresiones del nuevo Estado comunal; parte integral de las nuevas estructuras de poder comunal que venimos construyendo.

La Milicia Bolivariana es uno de los componentes de la Fuerza Armada Bolivariana y, por tanto, ni la socava, ni mucho menos pretende suplantarla. Lo que molesta e irrita a quienes difunden esta clase de mentiras, es que la Fuerza Armada se haya reencontrado con su identidad originaria: pueblo en armas.

La Milicia Campesina encarna hoy un principio trascendente: la defensa de la propia tierra, de nuestra tierra. Defensa contra el eventual agresor externo, pero también contra el agresor interno que se ha amparado, durante demasiado tiempo, en un verdadero estado de impunidad que ha contado con la venalidad de ciertos tribunales de la República que amparan y protegen a los latifundistas y criminalizan a los campesinos y campesinas que quieren hacer valer la Ley de Tierras.

El pasado 15 de febrero se cumplieron 191 años del memorable Discurso de Angostura. La Guerra de Independencia no había terminado pero en el verbo de nuestro Libertador se encarna la reconquista de nuestra identidad como Patria y se dibujaba la impronta libertaria de Venezuela. Recordemos unas líneas luminosas que confirman la razón de ser de nuestras Milicias Campesinas, nuestras milicias zamoranas: “La esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de libertad. Sí, los que antes eran esclavos, ya son libres; los que antes eran enemigos de una madrastra, ya son defensores de una patria”.

¡Vamos, con Zamora, con Robinson y con Bolívar, hacia el Estado Comunal!

¡Hacia el socialismo!

¡¡Venceremos!!

domingo, 14 de febrero de 2010

Desde Barquisimeto…


LAS LÍNEAS DE CHÁVEZ

I
En el punto de partida, quiero reflexionar, una vez más, sobre lo que es una urgencia mayor: la difícil situación por la que atraviesa el país, hoy por hoy, en materia eléctrica.

El lunes 8 de febrero, luego de una extensa y minuciosa evaluación, nos vimos en la imperiosa necesidad de decretar estado de emergencia eléctrica en todo el territorio nacional. Así mismo, anunciamos la conformación de un Estado mayor eléctrico con el propósito de enfrentar, con la celeridad del caso, esta crisis que es de carácter coyuntural.

Quiero destacar la sustantiva inversión que haremos este año en materia eléctrica: 4 mil millones de dólares. Una inversión que va a permitirnos, entre otras cosas, aumentar nuestra capacidad de generación termoeléctrica.

El problema no reside, entonces, en la falta de inversión.

Independientemente de las fallas y los retardos en algunos proyectos, cosa que hemos asumido con el más riguroso sentido autocrítico, el problema eléctrico se debe a una severísima y prolongada sequía.

¿Cuál es el origen de estas condiciones ambientales tan adversas? No dudo a la hora de responder: la destructividad que es intrínseca al sistema capitalista. Su voracidad consumista y depredadora no se detiene ante nada.

Para superar la presente crisis el conjunto de medidas que hemos tomado debe ir acompañado, inexorablemente, por la creación de una nueva conciencia colectiva que evite el derroche y el despilfarro.

El gobierno, de manera responsable, como lo ha demostrado en distintas ocasiones, está actuando —tomo la expresión de Rómulo Gallegos— con la escrupulosidad y la energía debidas. Sin embargo, ciertos grupos políticos apátridas han querido sacar provecho del problema eléctrico: así de desalmados son. Por un lado, dicen que desobedecerán los límites del consumo como forma de provocación; por otro que de lo que se trata es de un aumento del servicio bajo cuerda, sin hablar de que nos hacen responsables hasta de la sequía. Déjense de locuras y quieran _así sea un poquito al país_.


II
El miércoles 10 de febrero anunciamos los nuevos socios que trabajarán con nosotros en el bloque Carabobo de la faja petrolífera del Orinoco. El bloque Carabobo I fue adjudicado a un consorcio integrado por la petrolera española Repsol, la malasia Petronas y las indias ONGC, Oil India Corporation e India Oil Corporation. Igualmente, un consorcio conformado por la petrolera estadounidense Chevron, las japonesas Mitsubishi e Inpex y la venezolana Suelopetrol se adjudicó el bloque Carabobo III.

Estamos hablando de dos grandes consorcios, por el peso específico de las empresas que los integran.

Se ha caído, una vez más, el tinglado mediático. Tanto las transnacionales de la comunicación como sus apátridas réplicas locales han quedado, una vez más, en evidencia: mienten flagrantemente cuando dicen que no hay condiciones reales ni seguridad jurídica para invertir en y con Venezuela.


III
De la mayor trascendencia fue el acto del jueves 11 de febrero dentro de la dinámica del I congreso extraordinario del PSUV: el partido tomó la decisión, histórica decisión subrayo, de elegir por la base a sus abanderadas y abanderados para las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre. Vamos a primarias el 16 de mayo: las mismas estarán precedidas por un proceso de autopostulación (4 al 7 de marzo) y campaña interna (24 de abril al 14 de mayo). Del 17 al 21 de mayo se harán las respectivas proclamaciones.

El PSUV se juega, a todo riesgo, la carta de la transparencia y de la radicalización de la democracia. Parafraseando a Mariátegui: para vencer categóricamente en septiembre hay que cerrar filas por la base y desde la base popular que respalda a la revolución bolivariana, comenzando, por supuesto, con la base militante del PSUV. Esta imprescindible cohesión popular sólo puede ser fruto del ejercicio más amplio e ilimitado de la democracia: el PSUV está dando el ejemplo y señalando el camino.

Véase, por el contrario, el más que lamentable espectáculo que está en pleno desarrollo en las filas de la contrarrevolución: una verdadera pelea a cuchillo por las candidaturas sin el menor respeto por las y los compatriotas que adversan al gobierno bolivariano.

Quiero reafirmar una convicción que expresé el pasado jueves: tengo confianza en el pueblo y, por eso mismo, tengo confianza en las bases del PSUV. Sé que no van a defraudarnos: me resteo con ellas porque, lo digo con Bolívar, confío en su tino a la hora de las grandes resoluciones. Confío en un pueblo que se está haciendo legislador como quería nuestro Robinson: en la eficacia política y la calidad revolucionaria que lo caracteriza.

En realidad y en verdad, el 11 de febrero se abrió el camino para que el 26 de septiembre sea el día de la más rotunda victoria popular.


IV
Día de la Juventud: de la juventud rebelde y revolucionaria que es heredera y continuadora de la gesta del 12 de febrero de 1814.

Ciento noventa y seis años de una jornada memorable: la patria joven venció con la brillante conducción de un soldado revolucionario llamado José Félix Ribas. Era el año terrible de 1814 y parecía imposible detener el empuje y la bravura de la caballería llanera al mando de Boves y, sin embargo, aquella muchachada sin experiencia militar lo hizo en La Victoria. Nos dolerá siempre que la contienda fuera entre venezolanos: la independencia no era, para aquel entonces, causa popular.

En la mañana estuvimos en La Victoria conmemorando esta gloriosa fecha con un desfile donde el pueblo y sus soldados, pueblo en armas, pusieron de manifiesto cuán unidos están en el mismo fervor patrio y revolucionario: con la juventud en la vanguardia.

En la tarde fui al encuentro de aquel mar de jóvenes que habían marchado hacia Miraflores para reafirmar su sentir y conciencia socialista. Ciertamente, y así se los dije, no es lo mismo celebrar el 12 de febrero hoy que hace 20 años. Antes, la celebración del Día de la Juventud era pura retórica, pura fachada: en el presente la celebración es viva y activa porque celebrar es comprometerse con la patria y con su independencia definitiva. Es el compromiso que se materializa con la constitución del frente de juventudes Bicentenario 200 como avanzada de los frentes sociales del pueblo en batalla.

Quiero retomar una de mis reflexiones de la tarde del viernes: no puede haber una juventud acrítica. A la juventud revolucionaria le corresponde el ejercicio de la rebeldía crítica y creadora: su participación protagónica es decisiva para la batalla sin tregua contra las desviaciones.

Necesitamos, hoy más que nunca, su fuerza vigorosa para derrotar a la corrupción, al burocratismo y a la ineficiencia.

En el inicio del ciclo bicentenario, llegó la hora para que la juventud tome la vanguardia. Sobre sus hombros descansa y descansará el porvenir de la consolidación y profundización de nuestro socialismo. Decía el gran pensador Miguel de Unamuno: “Lo que no es eterno tampoco es real”. Esta revolución será eterna y real sólo si la juventud venezolana la encarna y la hace suya. La perpetuidad de la patria libre, soberana, independiente, depende de la realidad de una juventud en pie de lucha: la juventud que se hizo sentir en este luminoso 12 de febrero de 2010.

Y hoy, domingo 14, es día de San Valentín. ¡Feliz día de las enamoradas y de los enamorados!

Y comienzan las fiestas de Carnaval.


A disfrutar sanamente, pues.
A cuidarnos y a cuidar a la familia.

Que se desaten la pasión y la alegría.


¡¡La mayor suma de felicidad!!

¡Patria socialista o muerte!

¡Venceremos!
P.S. No pude ponchar al Kid.


Pero ponché a Elvis Andrus.

¡Na guará!

domingo, 7 de febrero de 2010

¡Febrero: 1, 2, 3… 4!


Las líneas de Chávez

1
Entramos al galope en febrero: febrero rebelde, de cara siempre al sagrado compromiso con el pasado, el presente y el porvenir de la Patria.

No podía ser más luminoso el comienzo de febrero. El día 1º de este mes celebramos el nacimiento de una de las tres raíces de nuestra Revolución Bolivariana: Ezequiel Zamora, el General del Pueblo Soberano. Los que creyeron haber matado al cara e’ cuchillo, olvidaron enterrar el sonido de sus sienes veladas / Zamora cabalga señores / ya los dientes del pueblo / están royendo los muros de vuestro reino / y no es el desarropado ni el sordo ni el ciego de ayer / ahora tiene bandera, poetas y metal organizado, como cantaba El Chino Valera Mora.

Tierra y Hombres Libres, Horror a la oligarquía, es la consigna que hoy se hace cuerpo y alma en nuestros campos, ante la cual no nos queda sino decirle a esa misma oligarquía junto con Valera Mora: Recojan la cosecha de vientos que sembraron. Vientos que hoy se han convertido en huracán revolucionario.


2
2 de febrero de 2010: XI aniversario de nuestra Revolución Bolivariana hecha gobierno y XI aniversario del llamado a una Asamblea Nacional Constituyente, la cual sentaría las bases constitucionales de nuestra actual V República. No podía ser más propicia la ocasión para juramentar a nuestro nuevo Vicepresidente Ejecutivo de la República, Elías Jaua, y anunciar los nombramientos de Francisco Farruco Sesto como titular del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y Alejandro Fleming como titular del Ministerio del Poder Popular para el Turismo.

“Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando, convoca la soberanía nacional para que ejerza su voluntad absoluta”, tal fue mi promesa en la campaña electoral y la única razón por la que acepté ir a elecciones, y tal fue la primera decisión de gobierno que tomé luego de ser juramentado como Presidente de la República. Desde 1830 hasta 1998, nunca la soberanía nacional había sido convocada para que ejerciera su voluntad absoluta. Mal podía haber sido convocada cuando siempre había estado conculcada, mediatizada, y, desde 1958 a 1998, colocada al borde de la extinción total, definitiva: Venezuela era, de facto, una colonia petrolera yanqui.

Son once años de gobierno, de batalla y en batalla, protagonizados por el Pueblo, para darse a sí mismo la mayor suma de felicidad posible y conquistar la igualdad establecida y practicada. Son once años del más pleno ejercicio de la soberanía popular.


3
3 de febrero: natalicio del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. No podemos olvidar que el 4 de febrero de 1992 realmente se inició el 3, como tributo a la memoria del infinito cumanés: bajo su inspiración casi toda una generación de soldados patriotas salimos a dar la batalla por la dignidad del pueblo.

“Cuando la América salió a dar su sangre por su libertad, entendió que lo hacía también por la justicia, compañera inseparable. Sin el goce absoluto de ambas, habría sido inútil su emancipación”, sigue diciéndonos Sucre desde la Cruz de Berruecos.


4
Grande y hermosa fue la fiesta popular que conmemoró los 18 años del 4 de febrero de 1992, Día de la Dignidad Nacional.

Creo pertinente que pensemos el 4 de febrero en su justa y trascendente dimensión, para fortalecer la memoria colectiva.

Digo todo esto pensando en nuestra juventud: a ella le toca renovar y actualizar el significado del 4F, como parte integral del torrente continuo de nuestra historia republicana, de nuestra ininterrumpida gesta independentista, de nuestros 200 años de lucha.

Necesario es remitirnos a la voz de Kléber Ramírez y esa obra monumental que lleva por título Historia documental del 4 de febrero. Ahí nos dice Kléber: “El 4F no coronó el propósito inmediato de la toma del poder, pero puso al descubierto un mar de fondo de las contradicciones con que se dirige a la nación venezolana y fue una sacudida política de tal magnitud, que revitalizó la potencialidad de este pueblo imaginativo y peleador. Desde este punto de vista, ese acontecimiento fue una necesidad histórica. El 4F dotó a la nación de un objetivo estratégico en lo político: la nueva democracia, y anuló la validez de los viejos planteamientos de todos los partidos existentes.

Recordemos de dónde vino aquel movimiento cívico-militar que, tras un arduo trabajo de muchos años, se levantó en armas aquel febrero rebelde. Si bien es cierto que el antecedente determinante de la insurgencia del MBR-200 se encarna en aquel otro día de febrero que partió la historia nacional en dos, la insurrección popular del 27 de febrero de 1989, el “mar de fondo” del que Kléber nos habla, antecede al mismo Caracazo: nos remite no sólo a los años del puntofijismo, sino a la estructuración gomecista del Estado venezolano.

Para 1992 el juego estaba completamente trancado: las armas de la crítica tuvieron que dar paso a la crítica de las armas. La política entreguista del puntofijismo llegaba a su más nauseabunda expresión con el programa neoliberal puesto en práctica por Carlos Andrés Pérez: el país estaba subordinado al FMI y el Banco Mundial y de rodillas ante el imperio; los partidos políticos se dedicaban exclusivamente al saqueo y a la burla social; la dignidad del pueblo venezolano estaba secuestrada. Teníamos que dar un paso al frente ante tal estado de cosas, con el más puro compromiso con la redención de la Patria y para devolverle al pueblo las armas de la República.

A todo esto debemos añadir la necesidad de revivir el legado revolucionario de nuestro padre Libertador, líder y guía de nuestro movimiento. El 4F, Bolívar volvió, para no irse nunca jamás.

Pero, sobre todas las cosas, fuimos, para decirlo con Bolívar, una débil paja arrastrada por el huracán revolucionario. El huracán que desencadenó nuestra rebelión aquel 4 de febrero de 1992, es el mismo que nos ha traído hasta aquí: es el pueblo heroico de Venezuela y su gesta emancipadora de 200 años.

Hemos entrado al galope, pues, a nuestro febrero rebelde. Y con ello, iniciamos los eventos preparatorios rumbo al memorable día que será el próximo 19 de Abril, fecha que marca el inicio del Ciclo Bicentenario, esos veinte años que se extenderán desde este 2010 hasta el 2030.

Será el ciclo definitivo, el tiempo de nuestra redención suprema, la era en la cual haremos posible, ahora sí, un mundo nuevo: El Socialismo, el Reino de la Justicia decía Bolívar, el Reino del hombre, decía Cristo.

Hacia allá vamos. Juntemos todas nuestras banderas, todos nuestros cantos, todas nuestras emociones, pues la batalla será tan larga como hermosa.


Bienvenido el Ciclo Bicentenario 2010-2030

¡¡¡Patria socialista o muerte!!!